Saltar al contenido

Estudio de la Atalaya de esta semana

Estudio de la Atalaya | ¿Qué aprendemos de los milagros de Jesús? | Semana 5 al 11 de Junio

✅✅ Estudio de la Atalaya | ¿Qué aprendemos de los milagros de Jesús? | Semana 5 al 11 de Junio ✅✅

  1. ¿En qué circunstancias hizo Jesús su primer milagro?

Jesús realizó su primer milagro durante un banquete de bodas en la ciudad de Cana, ubicada al norte de Nazaret, donde había crecido. La madre de Jesús, María, era amiga de la familia de los novios y al parecer estaba ayudando en la atención de los invitados. En ese tiempo, la hospitalidad era considerada un deber sagrado y se esperaba que hubiera abundancia de todo, incluyendo vino. Sin embargo, durante el banquete, María le informa a Jesús que se había acabado el vino. Ante esta situación, Jesús realiza el milagro de convertir agua en vino de excelente calidad, como se relata en el Evangelio de Juan, capítulo 2, versículos 9 y 10.

Es importante destacar dos aspectos peculiares de este primer milagro. En primer lugar, Jesús acababa de comenzar su ministerio público cuando ocurrió este suceso. En segundo lugar, el vino que se produjo fue de una calidad superior, tal como lo confirmó el encargado del banquete. Esta práctica difería de la costumbre común de servir primero el vino de menor calidad para después ofrecer el de mejor calidad, con el fin de ahorrar costos. Jesús rompió con esta tradición, demostrando que el regalo de Dios debe ser bueno y consumido de manera adecuada, sin excesos ni abusos.

2, 3. a) ¿Cómo usó Jesús su poder?

Jesús utilizó su poder para ayudar a innumerables personas en diversas ocasiones. Un ejemplo notable se encuentra en los capítulos 14 y 15 del Evangelio de Mateo, donde se relatan dos milagros en los que Jesús alimentó a aproximadamente 27.000 personas. En estas ocasiones, no solo proporcionó alimento a las multitudes, sino que también aprovechó la oportunidad para sanar a todos los enfermos que estaban presentes.

Es importante destacar que Jesús nunca utilizó sus milagros o su poder para demostrar su valía personal o alimentar su ego. Por el contrario, reconoció que todo su poder provenía de su Padre, Jehová, a quien siempre atribuyó su capacidad y autoridad. Su enfoque principal siempre fue ayudar a aquellos que se encontraban en situaciones desesperadas, como el hambre o enfermedades sin solución.

2, 3. b) ¿Por qué es bueno analizar los milagros de Jesús?

Los milagros de Jesús nos brindan valiosas lecciones que pueden fortalecer nuestra fe y enseñarnos a imitar su humildad y compasión. Al analizar estos milagros, podemos beneficiarnos al aprender de ellos y aplicar esas lecciones en nuestras vidas.

Al observar la forma en que Jesús realizaba los milagros, podemos comprender la importancia de la humildad. A pesar de su poder divino, Jesús nunca buscó reconocimiento o exaltación personal. En cambio, se mostró humilde y dispuesto a servir a los demás. Esta actitud nos enseña la importancia de poner a los demás por encima de nosotros mismos y servir con humildad.

Además, los milagros de Jesús también resaltan su compasión hacia los necesitados. A través de sus acciones, vemos cómo se preocupaba por las personas que sufrían y buscaba aliviar su dolor. Estos ejemplos nos inspiran a ser compasivos y generosos hacia aquellos que están pasando por dificultades. Aunque no tengamos el poder de realizar milagros como Jesús, podemos ser un apoyo salvador para otros al estar con ellos, escucharlos y mostrarles nuestra compasión y generosidad en el momento adecuado.

LECCIONES SOBRE JEHOVÁ Y JESÚS

  1. ¿De quiénes podemos aprender al repasar los milagros de Jesús?

Podemos obtener enseñanzas valiosas tanto de Jesús como de Jehová, dado que Jesús refleja de manera perfecta los sentimientos de su Padre. Además, es importante recordar que Jesús posee el poder de realizar milagros debido a que fue ungido por su Padre con el Espíritu Santo y el Poder. Así se evidencia en Hechos 10:38, donde se muestra cómo Jesús recorría la tierra sanando a todos aquellos oprimidos por el diablo.

Estos milagros nos brindan tres aspectos de los cuales aprender: en primer lugar, la reacción de gratitud por parte de aquellos que recibieron los milagros; en segundo lugar, la humildad, bondad y generosidad de Jesús; y por último, la manifestación del poder de Jehová, ya que, como se menciona en Hechos 10:38, Jesús pudo realizar todos estos milagros gracias a su unción con el Espíritu Santo y el poder otorgado por su Padre Celestial.

  1. ¿Qué motivó a Jesús a hacer milagros? (Mateo 20:30-34).

La principal motivación de Jesús fue el profundo amor que sentía por la humanidad. En el relato de Mateo 20:30,34, podemos ver cómo ese amor lo impulsó a sentir compasión por dos ciegos y manifestó ese amor devolviéndoles la vista. De igual manera, ese amor lo motivó a sanar a un leproso y a alimentar a aquellos que tenían hambre, demostrando así su deseo de poner fin al sufrimiento que afecta a los seres humanos.

Tanto Jesús como Jehová demostraron un amor inmenso hacia toda la humanidad. Jesús no realizaba milagros de manera indiscriminada, sino que los realizaba para aquellas personas que tenían fe y valoraban verdaderamente el poder de Dios. Esta reciprocidad reflejaba el amor profundo que Jesús sentía hacia las personas que creían en la Palabra de Dios y tenían fe en ella.

  1. ¿Qué poder le ha dado Dios a Jesús?

Jehová ha otorgado a Jesús el poder para resolver todos los problemas de la humanidad, especialmente aquellos que nosotros mismos no podemos solucionar. Esto se evidencia en los numerosos milagros realizados por Jesús, donde alimentó a los hambrientos, sanó a los enfermos, calmó las tormentas, venció a los espíritus malignos e incluso resucitó a los muertos.

Jehová le concedió a su hijo Jesús un amplio poder con el propósito de abordar los problemas fundamentales de la humanidad, como eliminar de raíz los males sociales derivados del pecado, las enfermedades y la muerte. Además, Jesús demostró su capacidad para resucitar a las personas y controlar las fuerzas de la naturaleza en más de una ocasión. Estos actos milagrosos reflejan el poder y la autoridad conferidos a Jesús por Jehová para llevar a cabo una obra trascendental en beneficio de la humanidad.

7, 8. a) ¿De qué podemos estar seguros gracias a los milagros de Jesús?

Gracias a los milagros de Jesús, podemos tener una plena confianza de que las bendiciones del Reino se harán realidad. Esta convicción se basa en el hecho de que los milagros realizados por Jesús durante su vida terrenal fueron solo una muestra de lo que hará a gran escala como el Rey Celestial del Reino de Dios. En ese Reino, Jesús eliminará de manera definitiva todos los problemas, enfermedades y sufrimientos que afligen a la humanidad.

El pueblo de Dios puede tener una seguridad absoluta, ya que la Biblia, a través de los milagros realizados por Jesús, nos muestra que Jehová cumplirá todas sus promesas y brindará una solución a la muerte, las enfermedades y los problemas ambientales. En ese Reino celestial, no habrá desafíos sociales ni económicos, y podremos vivir eternamente en perfecta salud.

Estas certezas se fundamentan en la evidencia de los milagros de Jesús, que nos aseguran que Jehová cumplirá sus propósitos y establecerá un Reino donde reinará la armonía, la paz y la plenitud para toda la humanidad.

7, 8. b) ¿Qué milagro espera usted con más ganas?

Anhelo con fervor el milagro de la resurrección para reunirme una vez más con todos aquellos seres queridos que descansan en el sueño eterno.

Los desafíos físicos y las enfermedades afligen a la humanidad, pero anhelamos un futuro en el que todos gocemos de una salud perfecta. Nunca más experimentaremos el hambre ni sufriremos a causa de los desastres naturales.

Anhelo presenciar el prodigio en el cual Jesús nos otorgue una salud perfecta, eliminando así todas las dolencias físicas y enfermedades que tanto nos aquejan en el presente.

Siento una impaciencia creciente ante la cercanía del día en el cual Jesús haga el milagro de erradicar para siempre el hambre y la escasez de alimentos.

Indudablemente, es una cuestión personal, pero todos albergamos este anhelo inherente a la vida, ya que fuimos creados con un deseo innato de vida. La vida eterna constituye el gran milagro que esperamos, junto con la resurrección de aquellos seres queridos que han partido hacia el sueño de la muerte.

UNA LECCIÓN DE HUMILDAD

  1. ¿Por qué hizo Jesús un milagro en la boda de Caná? (Juan 2:6-10).

Aunque Jesús no tenía ninguna obligación profética de realizar este tipo de milagros, es probable que, al considerar la gran vergüenza que la familia y especialmente los novios experimentarían al finalizar, sintiera compasión y deseara ayudarlos. Por lo tanto, de manera milagrosa, convirtió 103 galones de agua en un vino de alta calidad.

Incluso el excedente de este vino podría utilizarse en otras ocasiones o venderse para brindar apoyo económico a los recién casados. El amor a menudo se relaciona y se manifiesta como un acto de compasión, y ese fue el propósito de este milagro. Evitó que los novios fueran privados de disfrutar de un momento sagrado como el matrimonio, que es una unión bendecida por Jehová y un vínculo eterno.

Además, proporcionó un vino de primera calidad para que no se acabara, demostrando una gran empatía y compasión al ponerse en el lugar de los novios y ofrecerles su apoyo en ese momento tan importante de sus vidas.

  1. Mencione algunos detalles de este relato del capítulo 2 de Juan (vea también el dibujo).

Al analizar el segundo capítulo del libro de Juan, se pueden apreciar detalles que reflejan la personalidad de Jesús. En este relato, vemos que fueron los sirvientes y no Jesús quienes llenaron las vasijas con agua para que luego se convirtiera milagrosamente en vino. Asimismo, fueron los sirvientes, no Jesús, quienes ofrecieron el vino al director del banquete de bodas. Estas acciones indican que Jesús no buscaba llamar la atención hacia sí mismo ni impresionar a los invitados revelando su poder.

Este relato está lleno de detalles significativos. Recordando el párrafo anterior, este acontecimiento marca el inicio del ministerio de Jesús, por lo que podría haber utilizado esta situación para darse a conocer y mostrar su poder, que proviene de Jehová. Sin embargo, no lo hizo, ya que es un ejemplo de humildad. Tanto las personas que llenaron las vasijas con vino como aquellas que lo llevaron al director del banquete eran sirvientes.

Estos detalles, que se destacan en el párrafo anterior, también se reflejan en la ilustración. En ella, podemos observar a Jesús en un segundo plano. No utilizó el milagro y el poder concedido por Jehová para presumir de sus logros o de haber salvado el banquete. Este ejemplo es una clara enseñanza a seguir: ayudar a los demás sin vanagloriarse de nuestras acciones o capacidades.

  1. ¿Qué aprendemos de este milagro de Jesús?

Aprendemos una valiosa lección de humildad al observar cómo Jesús nunca presumió de sus capacidades, sino que siempre atribuyó la gloria y el mérito a su Padre. Si seguimos el ejemplo de Jesús, seremos personas humildes y no alardearemos de nuestros logros. Reconoceremos que no podemos lograr nada sin la ayuda de Jehová y nos sentiremos motivados a darle la honra y la gloria que merece.

Todos los milagros que Jesús realizó nos enseñan a buscar la humildad en nuestras vidas. Aunque debido a nuestra imperfección puede resultar difícil, debemos esforzarnos en ello y evitar presumir de nuestras acciones o valía. De hecho, todo lo que somos, hacemos y logramos es gracias a que Jehová nos provee los medios y nos permite llevar a cabo nuestras labores.

ILUSTRACION

En la ilustración, podemos observar que mientras los recién casados y los invitados disfrutan del buen vino, Jesús se mantiene en un segundo plano sin buscar llamar la atención. Es el director del banquete de bodas quien, dirigiéndose al novio delante de todos los invitados, resalta: “Por lo general, se sirve primero el vino de menor calidad cuando todos ya han bebido mucho. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora”.

Este comentario del director del banquete destaca el hecho de que el vino proporcionado por Jesús era de una calidad excepcional y superaba las expectativas habituales. Jesús, sin buscar reconocimiento, había provisto un vino de alta calidad para el disfrute de los invitados en ese momento especial. La situación resalta la discreción de Jesús y cómo su intervención había resultado en un resultado sorprendente y gratificante para todos los presentes.

  1. ¿Cuál es otra manera de imitar la humildad de Jesús? Ponga un ejemplo.

Un ejemplo de humildad se encuentra en la historia del anciano de la congregación que ayuda a un joven siervo ministerial a preparar su primer discurso público. Al final de la reunión, cuando todos felicitan al discursante por su excelente desempeño, el anciano que lo ayudó no busca atribuirse el mérito diciendo que el éxito se debe a su ayuda. En cambio, de manera discreta, simplemente observa con regocijo la alegría de todos. De esta manera, el anciano está imitando la humildad de Jesús y alegrando el corazón de Jehová.

Este ejemplo demuestra otra forma de mostrar humildad. Al estar contentos y felices por los logros de los demás, aunque hayamos contribuido en gran medida a su éxito, imitamos la humildad. En lugar de buscar reconocimiento para nosotros mismos, nos regocijamos sinceramente en el progreso y los logros de los demás.

La humildad se refleja en reconocer que no somos el centro de atención y que los logros de los demás también son motivo de alegría. Al seguir el ejemplo del anciano en el párrafo anterior, podemos cultivar la humildad en nuestras vidas y contribuir al bienestar y la felicidad de quienes nos rodean.

UNA LECCIÓN DE COMPASIÓN

  1. ¿Con qué se encuentra Jesús cerca de la ciudad de Naín, y qué hace él? (Lucas 7:11-15).

Cuando Jesús llega a una ciudad, se encuentra con una triste escena: una procesión funeraria donde una viuda ha perdido a su único hijo. Movido por su amor y compasión, Jesús no puede ignorar el profundo dolor que experimenta esta madre. En un acto de misericordia, realiza la primera de las tres resurrecciones mencionadas en los Evangelios.

Ante la angustia de la viuda, Jesús interviene y resucita al hijo fallecido, devolviéndole la vida y restaurando la alegría en el corazón de la madre y de todos los presentes. Este milagro es una poderosa muestra del amor y el poder de Jesús, quien, con su compasión infinita, trae esperanza y vida en medio de la desesperación y la muerte.

Esta resurrección es un testimonio del poder y la misericordia de Jesús, y muestra su capacidad para traer vida y transformación incluso en los momentos más oscuros y dolorosos. Es un recordatorio de que, a través de la fe en él, tenemos la esperanza de la vida eterna y la promesa de que un día seremos reunidos con nuestros seres queridos en la resurrección final.

  1. Mencione algunos detalles de este relato del capítulo 7 de Lucas (vea también el dibujo).

Es cierto, Jesús no solo fue un mero observador en esta situación, sino que se involucró emocionalmente al ver el dolor y la aflicción de la mujer. Fue profundamente conmovido por su sufrimiento, lo que demuestra su compasión y empatía hacia las personas.

Jesús no se limitó a consolarla con palabras de aliento, sino que también actuó en respuesta a su dolor. Primero le dice: “No llores más”, ofreciéndole consuelo y esperanza en medio de su tristeza. Pero Jesús va más allá de las palabras y realiza un milagro poderoso al resucitar al hijo fallecido y entregárselo a la madre. Esta acción va acompañada de un profundo amor y compasión hacia la mujer y su situación.

Es importante destacar que Jesús no realizó este milagro simplemente para demostrar su poder o para obtener reconocimiento. Su motivación fue la compasión genuina que sintió al ver el sufrimiento de la mujer. No fue un acto de orgullo o vanidad, sino una respuesta amorosa y compasiva a la aflicción de la viuda.

Este relato nos enseña sobre la humildad de Jesús y cómo su compasión y sensibilidad hacia los demás lo llevaron a actuar de manera significativa en sus vidas. Nos muestra que el verdadero poder y los milagros se desencadenan cuando hay amor, compasión y empatía hacia quienes sufren.

  1. ¿Qué aprendemos de este milagro de Jesús?

Aprendemos una valiosa lección sobre la compasión hacia aquellos que están pasando por el duelo. Jesús nos brinda el ejemplo de cómo podemos demostrar empatía y compasión hacia quienes están sufriendo la pérdida de un ser querido. Aunque no tengamos el poder para realizar milagros como Jesús, podemos ser observadores y tomar la iniciativa de consolar y apoyar a aquellos que están de luto.

Es comprensible que en ocasiones nos sintamos perdidos y no sepamos qué decir o qué hacer para consolar a alguien en duelo. En tales momentos, podemos recurrir a fuentes como jw.org, que nos brindan consejos y pautas útiles. La revista La Atalaya del 1 de noviembre de 2010, en el artículo “Jesús supo consolar a sus amigos”, proporciona varias ideas y reflexiones valiosas.

El ejemplo de Jesús nos enseña que, dentro de nuestras limitaciones humanas, nuestra compasión y amor pueden ser un bálsamo para aquellos que están pasando por el duelo. A veces, simplemente ser un apoyo emocional, brindar consuelo y estar presentes puede ser lo que la persona necesita en ese momento. Jehová puede utilizar nuestras palabras y acciones como un medio para ser el sostén en el que la persona en duelo pueda apoyarse y aliviar su carga.

Siguiendo el ejemplo de Jesús demostrado en este milagro, podemos ser personas compasivas y amorosas que cumplen el proverbio que nos insta a amar a un hermano en todo momento, especialmente en tiempos de angustia. Aunque no tengamos el poder divino, nuestros gestos y palabras pueden marcar la diferencia y proporcionar consuelo y apoyo a quienes están pasando por el dolor del duelo.

  1. ¿Qué aprendemos de la experiencia del párrafo? (Vea la foto que escenifica esta experiencia).

Aprendemos que el amor al prójimo se manifiesta a través de la compasión y la iniciativa de consolar a aquellos que están sufriendo el duelo por la pérdida de sus seres queridos. Esta experiencia nos enseña que no podemos resolver la tragedia de la muerte ni comprender completamente el dolor que conlleva. Sin embargo, lo que la hermana hizo al abrazar, arropar y cantar con la persona en duelo fue lo que realmente necesitaba para sentirse apoyada en su momento de angustia.

Este relato resalta la importancia de entablar una comunicación abierta y cercana con nuestros hermanos y hermanas, ya que solo así podremos conocer sus dificultades y ser un apoyo sólido en quien puedan confiar. Debemos estar dispuestos a escuchar y estar presentes para aquellos que necesitan consuelo, brindándoles nuestro apoyo emocional y practicando la compasión activa.

Al tomar la iniciativa de acercarnos a quienes sufren y ofrecerles nuestro apoyo de manera tangible, demostramos nuestro amor al prójimo y podemos ser ese pilar en el que puedan apoyarse durante los momentos más difíciles de sus vidas.

ILUSTRACION

En la ilustración, podemos observar cómo Jesús, en primer lugar, muestra compasión al consolar a la viuda y se conmueve profundamente por los intensos sentimientos que ella experimenta. Él demuestra empatía al ponerse en su situación, mientras el cuerpo sin vida del hijo es llevado detrás de ellos. Estos sentimientos intensos que Jesús experimenta se traducen en acciones concretas al resucitar al hijo.

Del mismo modo, en la escena descrita en el Salón del Reino, mientras se canta una canción sobre la resurrección, una hermana que ha perdido recientemente a su hija comienza a llorar. Otra hermana observa esta situación y se conmueve al ver su dolor. En un acto de compasión y empatía, decide tomar la iniciativa y acercarse a su lado. La abraza y canta con ella el resto de la canción. Este gesto amoroso y solidario hace que la madre en duelo recuerde este momento con el corazón lleno de amor hacia sus hermanos y hermanas.

Estas ilustraciones nos enseñan la importancia de la compasión y la empatía en nuestras interacciones con los demás. Al ponernos en el lugar de aquellos que sufren y tomar la iniciativa de brindar consuelo y apoyo, podemos demostrar nuestro amor al prójimo y ayudar a aliviar su dolor. Es a través de nuestras acciones amorosas y solidarias que podemos marcar una diferencia significativa en la vida de quienes nos rodean, tal como Jesús nos enseñó con su propio ejemplo.

UN PROYECTO DE ESTUDIO QUE VALE LA PENA

  1. ¿Qué aprendimos en este artículo?

Es cierto, estudiar los milagros de Jesús puede fortalecer nuestra fe y recordarnos el amor y el poder de Jehová. Estos relatos nos muestran que Jesús tiene el poder para resolver los problemas de la humanidad y nos dan esperanza en las bendiciones del Reino que se harán realidad en el futuro.

Además, al estudiar los milagros de Jesús, podemos aprender valiosas lecciones y extraer principios que podemos aplicar en nuestras propias vidas. Podemos imitar las cualidades de amor, compasión y humildad que Jesús demostró en sus acciones. Esto nos anima a ser personas compasivas, a estar atentos a las necesidades de los demás y a tomar la iniciativa de ayudar y consolar.

También es importante compartir estas lecciones con otras personas para que puedan beneficiarse y fortalecer su fe. Comentar y discutir los relatos de los milagros de Jesús nos permite profundizar nuestra comprensión y encontrar aplicaciones prácticas en nuestra vida diaria.

En resumen, estudiar los milagros de Jesús nos fortalece espiritualmente, nos inspira a imitar sus cualidades y nos anima a compartir estas lecciones con otros. Esto nos ayuda a crecer en nuestra fe y a tener una perspectiva positiva mientras esperamos las promesas del Reino.

  1. ¿Qué veremos en el siguiente artículo?

En el artículo que sigue, analizaremos la distinción entre la tercera y última resurrección llevada a cabo por Jesús en comparación con las anteriores. También examinaremos las enseñanzas que podemos extraer de este milagro y cómo podemos fortalecer nuestra fe en la resurrección.

En este artículo, exploraremos y obtendremos conocimiento acerca del significado de la tercera resurrección mencionada en la Biblia, la cual involucra a Lázaro, un buen amigo de Jesús, ocurrida tan solo cuatro días después de su fallecimiento.

¿QUÉ RESPONDERÍA?

¿Qué lecciones de Jehová y su Hijo sacamos de los milagros de Jesús?

Jehová y Jesús nos brindan enseñanzas sobre dos valiosas cualidades que cada vez son más escasas en este mundo actual: el amor sincero, puro y leal, y la compasión junto con la humildad. Nos instan a ser personas amorosas, compasivas y humildes, y a extender nuestra mano hacia los demás, incluso cuando nuestros recursos sean limitados.

¿Qué nos enseña sobre la humildad el milagro que encontramos en Juan 2:6-10?

Siguiendo el ejemplo de Jesús y Dios al ayudar a los demás, podemos observar que Jesús no aprovechó esos momentos para vanagloriarse o alimentar su propio ego. Cuando ayudamos a alguien, lo hacemos por amor y no buscamos recordárselo constantemente ni esperamos que nos devuelva el favor. Nuestra ayuda debe ser desinteresada, impulsada por el amor, la compasión y la humildad.

¿Qué nos enseña sobre la compasión el milagro que encontramos en Lucas 7:11-15?

Jehová y Jesús nos muestran su profunda compasión hacia los problemas y tribulaciones que enfrentan las personas y su pueblo. Nos enseñan a ser personas que aman a sus hermanos en todo momento, tal como se menciona en Proverbios 17:17. Deseamos convertirnos en esos hermanos que siempre están presentes en tiempos de angustia, incluso si es con un gesto, una palabra o simplemente con nuestra presencia.

Settings