Busquemos Perlas Escondidas de esta semana

✅✅ Busquemos Perlas Escondidas de 2 Crónicas 1 al 4 | Semana del 20 al 26 Marzo 2023 ✅✅

2Cr 1:11, 12. ¿Qué aprendemos en este relato sobre nuestras oraciones? (w05 1/12 19 párr. 6).

La petición que hizo Salomón a Jehová para adquirir sabiduría y conocimiento fue una muestra de que deseaba esto de todo corazón.  

Sugiere que las oraciones que elevamos a Dios son una forma de revelar lo que tenemos en el corazón, por lo que es importante analizar lo que decimos en ellas. 

Se enfatiza la importancia de desear sinceramente la sabiduría y el conocimiento, así como de reflexionar sobre las palabras que expresamos en nuestras oraciones.

¿Qué perlas espirituales ha encontrado sobre Jehová, el ministerio y otros temas en la lectura bíblica de esta semana?

En el primer versículo del capítulo 1, se dice que Salomón se estableció firmemente en su reino y que Jehová su Dios estaba con él y lo engrandeció grandemente. El versículo 11 también destaca la sabiduría de Salomón y su discernimiento. Estos versículos nos muestran que la sabiduría de Salomón era una de las razones por las que su reinado fue tan exitoso, y todo eso gracias a Jehova.

A pesar de su éxito y su sabiduría, Salomón muestra humildad al reconocer que no es capaz de gobernar al pueblo de Dios sin la ayuda de Dios. En el Capítulo 1, versículo 10, Salomón pide a Dios que le conceda sabiduría y entendimiento para gobernar al pueblo, un buen ejemplo para nosotros de siempre acudir a Jehova para pedir su ayuda.

En el Capítulo 1, versículo 6, Salomón va al tabernáculo de reunión en Gabaón para ofrecer sacrificios a Dios. Esto demuestra la importancia que Salomón le daba a la adoración y al servicio a Dios.

En el Capítulo 1, versículo 12, Dios le promete a Salomón que le concederá sabiduría y entendimiento, pero también le promete riquezas, honor y una larga vida si obedece los mandamientos de Dios. Esto nos muestra que cuando buscamos la sabiduría y el entendimiento de Dios, también podemos esperar sus bendiciones.

Salomón no se apresuró en la construcción del templo, sino que realizó una planificación detallada antes de comenzar. Seleccionó a los mejores trabajadores, recopiló materiales de alta calidad y diseñó el templo con la ayuda de arquitectos y expertos en construcción. Esta es una lección importante para cualquier proyecto, ya que una buena planificación puede asegurar su éxito.

Salomón reconoció que necesitaba la colaboración de otros para completar el templo. Por lo tanto, envió una solicitud al rey Hiram de Tiro para que le ayudara en la obtención de cedros del Líbano. Hiram respondió positivamente y también envió expertos en carpintería y construcción para ayudar a Salomón. Esto muestra la importancia de la colaboración y el trabajo en equipo para lograr un objetivo común.

A pesar de que Salomón era un rey muy rico y poderoso, reconoció que el verdadero propósito del templo era honrar a Dios y ofrecerle sacrificios. También reconoció que ningún templo hecho por el hombre podría contener la gloria de Dios, pero aun así se esforzó por construir el mejor templo posible como una expresión de su amor y adoración por Dios. Esta es una lección importante para nosotros, ya que debemos recordar que todas nuestras obras deben estar dirigidas a honrar a Dios y no a nosotros mismos.

Salomón no solo planificó y trabajó duro en la construcción del templo, sino que también oró a Dios pidiendo su ayuda y bendición en todo el proceso. Reconoció que solo con la ayuda de Dios podrían completar la obra y que todo lo que lograron fue gracias a la gracia de Dios. Esto nos enseña la importancia de la oración en nuestras vidas y cómo debemos depender de Dios en todo lo que hacemos.

La construcción del templo no fue fácil ni rápida, sino que tomó varios años y enfrentó muchos desafíos y obstáculos. Sin embargo, Salomón perseveró y continuó trabajando hasta que el templo estuvo completo. Esto nos enseña la importancia de la perseverancia en nuestras vidas y cómo debemos seguir adelante incluso cuando enfrentamos desafíos y obstáculos.

Capítulo 2, Versículo 3: “Y estos son los cimientos que puso Salomón para edificar la casa de Dios: La longitud en codos antiguos, conforme a la primera medida, era de sesenta codos, y la anchura de veinte codos.” Este versículo nos muestra la importancia de una buena base en todo lo que hacemos. Salomón se aseguró de que los cimientos de la casa de Dios fueran fuertes y seguros, lo que es esencial para cualquier construcción, en sentido espiritual debemos tener unos buenos cimientos de nuestra fe.

El Capítulo 3, versículo 1 dice que Salomón comenzó a construir el templo del Señor en Jerusalén en el monte Moriah, donde el Señor se había aparecido a su padre David. Este templo era un lugar sagrado para la adoración, donde el pueblo de Israel podía acercarse a Dios. Es importante recordar que la adoración es esencial en nuestra relación con Dios y que debemos hacerlo en lugares sagrados y apropiados.

El Capítulo 3, el versículo 3 describe cómo Salomón comenzó a construir el templo utilizando materiales de alta calidad, como el oro puro y el cedro del Líbano. Salomón quería construir un templo hermoso y duradero para el Señor, y esto requería la mejor calidad de materiales y mano de obra. De la misma manera, debemos esforzarnos por hacer nuestro mejor trabajo para Jehova, ofreciéndole siempre lo mejor de lo que tenemos.

Capítulo 3, En los versículos 4-14, se describen los detalles de la construcción del templo, incluyendo las medidas exactas y los adornos específicos que debían ser utilizados. Salomón siguió cuidadosamente las instrucciones que Dios le había dado a través de su padre David, y esto garantizó que el templo fuera construido correctamente. De la misma manera, debemos buscar siempre la dirección de Dios y seguir sus instrucciones para nuestras vidas.

En el Capítulo 3, en los versículos 15-17 se describe cómo Salomón hizo los objetos sagrados necesarios para el templo, como los candelabros y las mesas para el pan de la proposición. Todo esto se hizo con el oro y los materiales que el rey había recibido de otros reyes y comerciantes. Dios proveyó todo lo que Salomón necesitaba para construir el templo y también nos proveerá todo lo que necesitamos para cumplir su voluntad en nuestras vidas.

En el Capítulo 3, el versículo 11 dice que “Hiram hizo los recipientes, las palas y los tazones”. Hiram, el maestro artesano que supervisó la construcción del templo, fue meticuloso en su trabajo y aseguró que cada detalle se ajustara a las especificaciones requeridas.

En el Capítulo 3, el versículo 16 menciona que Hiram trabajó con otros artesanos para fundir el bronce para el altar. La construcción del templo no fue obra de una sola persona, sino que requirió la colaboración de muchos trabajadores y artesanos para lograr su finalización.