6, 7. a) ¿Qué aprendemos de lo que le pasó a Pablo durante su viaje?
De lo que le pasó a Pablo durante su viaje, aprendemos que el espíritu santo intervino en momentos clave, pero solo después de que Pablo tomó la iniciativa de salir y buscar nuevas oportunidades para predicar. Esto nos muestra que, a veces, es necesario dar pasos hacia nuestras metas antes de recibir la guía divina.
Pablo enfrentó obstáculos, como puertas cerradas, pero continuó buscando otros lugares donde predicar hasta que encontró una oportunidad en Macedonia. Esto resalta la importancia de la perseverancia y la disposición a actuar, confiando en que Jehová recompensará nuestros esfuerzos
b) ¿De qué podemos estar seguros?
Podemos estar seguros de que, al igual que Pablo, si seguimos buscando oportunidades para servir y predicar, Jehová recompensará nuestros esfuerzos. Aunque enfrentemos dificultades y obstáculos en el camino, es importante mantenernos en movimiento y perseverar en nuestras metas espirituales. La experiencia de Pablo nos enseña que la guía divina puede llegar después de que tomemos la iniciativa y nos esforcemos por avanzar en nuestra vida espiritual.
8. a) ¿Cómo era Filipos?
Filipos era una ciudad del distrito de Macedonia que se caracterizaba por su orgullo en tener ciudadanía romana. Se asemejaba tanto a Roma que los soldados romanos retirados que vivían allí la consideraban una «Italia en miniatura» en plena Macedonia. La ciudad estaba situada cerca de un estrecho río, y en sus alrededores había un lugar donde se pensaba que había un «lugar para orar».
b) ¿Qué pasó cuando Pablo les predicó a unas mujeres que estaban en “un lugar para orar”?
Cuando Pablo llegó al «lugar para orar» y se encontró con varias mujeres reunidas para adorar a Dios, se sentó a hablar con ellas. Entre ellas estaba Lidia, quien estaba escuchando atentamente. La Biblia dice que «Jehová le abrió el corazón por completo», lo que la llevó a quedar tan impresionada con lo que aprendió que se bautizó junto con los de su casa. Después de su bautismo, Lidia insistió en hospedar a Pablo y a sus compañeros, lo que indica que su casa se convirtió en un lugar de reunión para los primeros cristianos en Filipos.
ANÁLISIS BASADO EN EL RECUADRO DE LA PÁGINA 132: LIDIA, LA VENDEDORA DE PÚRPURA.
Lidia era una vendedora de púrpura originaria de la ciudad de Tiatira, en Asia Menor, que se mudó a Filipos, una ciudad importante de Macedonia, para dedicarse a su negocio. La Biblia la describe como una mujer que «adoraba a Dios», lo que sugiere que probablemente era una prosélita judía. Lidia se destacó por su receptividad al mensaje que Pablo le predicó, y fue una de las primeras personas en convertirse al cristianismo en Filipos, bautizándose junto con los de su casa.
9. ¿Cómo han imitado muchos el ejemplo de Pablo, y qué bendiciones han recibido?
Muchos han imitado el ejemplo de Pablo al mudarse a regiones donde se necesita ayuda para predicar. Al igual que Pablo, estos hermanos y hermanas han tomado la iniciativa de servir en nuevos territorios, lo que les ha permitido crecer espiritualmente y acercarse más a Jehová. Las bendiciones que han recibido incluyen la satisfacción de encontrar personas que aceptan la verdad y la oportunidad de participar activamente en la predicación.
Por ejemplo, un hermano llamado Aaron mencionó que servir en otro país le ha ayudado a madurar espiritualmente y a dirigir varios cursos bíblicos, lo que refleja la alegría y el crecimiento que muchos experimentan al seguir el ejemplo de Pablo.